lunes, 2 de marzo de 2009

Un extraño ruido detectado por el GEO 600 podría probar que vivimos en un holograma

El detector de Hanóver quizá se haya topado con el límite fundamental del espacio-tiempo

El detector de ondas gravitacionales GEO 600, de Hanóver, en Alemania, registró un extraño ruido de fondo que ha traído de cabeza a los investigadores que en él trabajan. El actual director del Fermilab de Estados Unidos, el físico Carl Hogan, ha propuesto una sorprendente explicación para dicho ruido: proviene de los confines del universo, del rincón en que éste pasa de ser un suave continuo espacio-temporal, a ser un borde granulado. De ser cierta esta teoría, dicho ruido sería la primera prueba empírica de que vivimos en un universo holográfico, asegura Hogan. Nuevas pruebas han de ser aún realizadas con el GEO 600 para confirmar que el misterioso ruido no procede de fuentes más obvias. Por Yaiza Martínez.

Gran espejo. Los componentes ópticos del haz de láser del GEO600 están hechos de cuarzo fundido. Fuente: Instituto Albert Einstein de Hanóver.

En 2006, Tendencias21 publicaba un artículo en el que se aunciaba la puesta en marcha del GEO 600 de Hanóver, en Alemania, un detector de ondas gravitacionales que se creía podía revolucionar la astronomía. La misión del GEO 600 consistía en detectar de manera directa lo que nunca antes había sido detectado: las elusivas ondas gravitacionales, que son ondulaciones del espacio-tiempo producidas por un cuerpo masivo acelerado –como un agujero negro o una estrella de neutrones- y que se transmiten a la velocidad de la luz. Estas ondas gravitacionales fueron predichas por la Teoría de la Relatividad de Einstein, pero en realidad sólo se han podido recoger evidencias indirectas de ellas.

Tampoco el GEO600, en sus años de funcionamiento, ha conseguido detectar de forma directa las ondas gravitacionales pero, según publicó recientemente la revista Newscientist quizá, casualmente, se haya topado con el más importante descubrimiento de la física en los últimos 50 años.

Gigantesco holograma cósmico

Un extraño ruido detectado por el GEO600 trajo de cabeza a los investigadores que trabajan en él, hasta que un físico llamado Craig Hogan, director del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), de Estados Unidos, afirmó que el GEO600 se había tropezado con el límite fundamental del espacio-tiempo, es decir, el punto en el que el espacio-tiempo deja de comportarse como el suave continuo descrito por Einstein para disolverse en “granos” (más o menos de la misma forma que una imagen fotográfica puede verse granulada cuanto más de cerca la observamos).

Según Hogan, “parece como si el GEO600 hubiese sido golpeado por las microscópicas convulsiones cuánticas del espacio-tiempo”. El físico afirma que si esto es cierto, entonces se habría encontrado la evidencia necesaria para afirmar que vivimos en un gigantesco holograma cósmico.

La teoría de que vivimos en un holograma se deriva de la comprensión de la naturaleza de los agujeros negros y, aunque pueda parecer una teoría absurda, tiene una base teórica bastante firme.

Los hologramas de las tarjetas de crédito y billetes están impresos en películas de plástico bidimensionales. Cuando la luz rebota en ellos, recrea la apariencia de una imagen tridimensional. En la década de 1990, el físico Leonard Susskind y el premio Nobel Gerard ‘t Hooft sugirieron que el mismo principio podría aplicarse a todo el universo.

Unidades de información

Según esta teoría, nuestra experiencia cotidiana podría ser una proyección holográfica de procesos físicos que tienen lugar en una lejana superficie bidimensional. Desde hace algún tiempo, los físicos han mantenido que los efectos cuánticos podrían provocar que el continuo espacio-tiempo convulsionara descontroladamente a escalas muy pequeñas. A estas escalas, la red espacio-temporal podría granularse, y estar compuesta de diminutas unidades (similares a los píxeles) de un tamaño de aproximadamente cien trillones de veces el tamaño del protón.

Si el ruido captado por el GEO600 ha registrado estas hipotéticas convulsiones, según Hogan, la descripción del espacio-tiempo cambiaría radicalmente. Eso supondría considerar el espacio-tiempo como un holograma granulado, y describirlo como una esfera cuya superficie exterior estaría cubierta por unidades del tamaño de la longitud de Planck (distancia o escala de longitud por debajo de la cual se espera que el espacio deje de tener una geometría clásica).

Cada una de estas “piezas” del mosaico universal sería, asimismo, una unidad de información. Y, según el principio holográfico, la cantidad total de información que cubre el exterior de dicha esfera habría de coincidir con el número de unidades de información contenidas en el volumen del universo.

Detección posible o error de fondo

Teniendo en cuenta que el volumen del universo esférico sería mucho mayor que el volumen de la superficie exterior, este galimatías se complica aún más. Pero Hogan también señala una solución para este punto: si ha de haber el mismo número de unidades de información o bits dentro del universo que en sus bordes, los bits interiores han de ser mayores que la longitud de Planck. “Dicho de otra forma, el universo holográfico sería borroso”, explica el físico.

El rayo láser del detector de ondas gravitacionales sólo puede verse con un dispositivo especial. Fuente: Wolfgang Filser/Max Planck Society.
La longitud de Planck ha resultado demasiado pequeña para ser detectada hasta la fecha, pero Hogan afirma que el GEO600 ha podido registrarla porque la “proyección” holográfica de la granulosidad podría ser mucho mayor, de alrededor de entre 10 y 16 metros.

Lo que ha detectado el GEO600, en definitiva, podría ser la borrosidad holográfica del espacio-tiempo, desde el interior de este universo holográfico. Cierto es que aún está por demostrar que el extraño ruido captado, de frecuencias entre los 300 y 1.500 hertzios, no proceda de cualquier otra fuente, reconoce Hogan.

Esta posibilidad también ha de considerarse, dada la sensibilidad del detector para captar desde el ruido del paso de las nubes hasta el de los movimientos sísmicos terrestres. De hecho, los investigadores del detector se afanan continuamente en “borrar” ruidos de fondo detectados por el GEO600, para poder definir lo importante.

Nuevas pruebas

De cualquier manera, si el GEO600 hubiera descubierto el ruido holográfico procedente de las convulsiones cuánticas del espacio-tiempo, entonces ese ruido obstaculizaría los de detectar las ondas gravitacionales. Sin embargo, por otro lado, el hallazgo podría suponer un descubrimiento incluso más fundamental, sin precedentes en la historia de la física.

Según publicó recientemente la web del GEO600, para probar la teoría del ruido holográfico, la sensibilidad máxima del detector ha sido modificada hacia frecuencias incluso más altas.

Los científicos consideran que el GEO600 es el único experimento del mundo capaz de probar esta controvertida teoría, al menos en la actualidad.

http://www.tendencias21.net/Un-extrano-ruido-detectado-por-el-GEO-600-podria-probar-que-vivimos-en-un-holograma_a2996.html?com#com_753307

martes, 17 de febrero de 2009

PHI en la percepción humana de belleza y equilibrio

































































PHI en la Gran Pirámide de la Civilización perdida

PHI y PI en la gran piramide, cuadratura del circulo, y la cubicatura de la esfera, orbita de la tierra en torno al sol, la superficie de la esfera terrestre a escala decimal, la superficie de la esfera solar, el peso de la tierra, metro egipcio: 1,4701,






"Cualquiera que sostenga que la orientación y las medidas de la gran piramide fueron realizadas a ojo y con cuerdas, no sabe de lo que está hablando".
Jiménez del Oso





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Pulsa sobre la imagen para ir al marco paradigmático del 0 (ì - i) 1





lunes, 16 de febrero de 2009

PHI en la naturaleza vegetal






























































































































































































































































































































































PHI y la Tensión Íntegra

El Arquitecto R. Buckminster Fuller afirmaba que la tensegrity, o la simultaneidad de tracción y presión, es un aspecto omnipresente en la naturaleza. A Fuller (1895–1983) se le considera uno de los más importantes inventores del siglo XX, llamándosele incluso “el Leonardo Da Vinci americano de lo moderno”.

Fuller descubrió que la naturaleza nunca construye formas rectangulares, sino como máximo con un ángulo de 60º. Este principio lo aplicó levantando cúpulas formadas por triángulos equiláteros. Con esta forma de construir se consigue la estabilidad no por compresión, como en las construcciones habituales de casas, sino por la distribución y simultaneidad de tracción y presión. Igual que ocurre en la rueda de radios, la totalidad o integridad de la estructura está determinada por el esfuerzo de tracción repartido por la totalidad del sistema.

Fuller llamó a este principio tensegrity (tensile integrity).

La eficacia energética de este revolucionario principio de construcción se puede representar comparando las cúpulas geodésicas con las construcciones tradicionales en forma de cúpula. Esta últimas están sujetas a la ley del diámetro máximo de 45 m para evitar que la cúpula se hunda por el peso soportado. Así se realizó la construcción de la cúpula en la catedral de Sevilla, la segunda más grande después de la de San Pedro, una lucha contra la materia librada durante cinco generaciones. La cúpula de la basílica de San Pedro de Roma, construida en 1546 bajo la dirección de Miguel Ángel, tiene un diámetro de 42 metros y es la cúpula de mayor tamaño del mundo construida según la forma tradicional. Este diámetro máximo no rige en la forma de construir a base de triángulos equiláteros de 60º.

Fuller consiguió demostrar en la práctica que sus construcciones en forma de cúpula adquirían una mayor eficacia energética a medida que aumentaban en tamaño. Cuanto mayores son, más estabilidad adquieren.








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PHI en el Ser Humano, Microtúbulos, Cerebro y Conciencia



sucesión áurea: 1,1,3,5,8,13,21,34,55,89 ...
phi: 1,618


Cuando y donde se produce la conciencia




"En el comienzo de su carrera, mientras estaba en Hahneman, los trabajos de investigación relacionados con el cancer, dio lugar a que su interés cambiase al papel que juegan los microtúbulos en la división celular, y a especular en como pudieran ser simulados dentro del mundo de la computación. También le sugirieron que parte desolución del problema de conciencia podría consistir en la comprensión de las operaciones de microtúbulos en las células del cerebro, operaciones en los niveles moleculares y supramoleculares.

Hameroff inició el contacto con Penrose, cuando leyó su libro The Emperor's New Mind.

Compartiendo el conocimiento adquirido por sus años como anestesiólogo, Hameroff expuso como interactuaba la anestesia y como era posible que la conciencia tomase forma en ese estado pudiendo aislar objetivos específicos mediante mediciones relacionadas con los microtúbulos neuronales. Los dos se reunieron en 1992, y Hameroff sugirió que los microtúbulos son buenos candidatos como mecanismos cuánticos en el cerebro. Penrose se interesó por la matemática características del entramado en malla que forman los microtúbulos, y durante los próximos dos años los dos colaboraron en la formulación del modelo de conciencia denominado como la Reducción del Objetivo Orquestado (Orch-OR)[1]. Consecuentemente a esta colaboración, Penrose publicó su segundo libro sobre la conciencia Shadows of the Mind[5].

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Stuart_Hameroff"


*

Hameroff wrote to Penrose and sent him some papers. The anesthesiologist mentioned that he'd soon be in England for a conference, and Penrose invited him to Oxford."So I met with him," Hameroff recalls. "I spent several hours talking to him, basically showed him a book I'd written about microtubules and information processing. He was taken by it, for a number of reasons including the fact that the mathematical wrapping of the microtubules' protein structure seems to match the fibonacci series.
...
Basically, Hameroff and Penrose are the first to view microtubules as quantum computers.
http://www.quantumconsciousness.org/media/quantum.html

*

The microtubule lattice features a series of helical winding patterns which repeat on longitudinal protofilaments at 3, 5, 8, 13, 21 and higher numbers of subunit dimers (tubulins). These particular winding patterns (whose repeat intervals match the Fibonacci series) define attachment sites of the microtubule-associated proteins (MAPs), and are found in simulations of self-localized phonon excitations in microtubules (Samsonovich, 1992: These suggest topological global states in microtubules which may be resistant to local decoherence. Penrose has suggested the Fibonacci patterns on microtubules may be optimal for error correction.
http://www.quantumconsciousness.org/views/Topological.html




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